ENTREVISTA DEL MES:
ROBERTO FANTUZZI
Hombre de familia, 65 años, casado desde hace 36 y padre de cuatro hijos. Acelerado a mil, con la sonrisa siempre presente y las palabras atropellándose por salir de su boca. Levanta las cejas y dice que no entiende que la gente en Chile esconda sus fracasos, “si Henry Ford quebró cinco veces y mira el imperio que armó, es pura perseverancia, las caídas son oportunidades, son la mejor lección”.
Hablar resumidamente de Roberto Fantuzzi -actual presidente de la Asociación de Exportadores de Manufactura (ASEXMA), entre otros muchos importantes cargos- no es fácil, es mucho lo que ha hecho en su vida. Enérgico, decidido y perfeccionista, para él el trabajo es una entretención. Todas las actividades que realiza las hace por que le gustan y las disfruta. Es un empresario atípico que se preocupa de problemas sociales como la pobreza y el desempleo.
El sentido social de Roberto Fantuzzi viene de su formación en el colegio Saint George’s y en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, donde estudió Ingeniería Comercial. Y también de su padre, un hombre extremadamente generoso. Recuerda que cuando eran dueños de la fábrica de ollas que llevó su apellido, fueron los primeros en abrir la puerta a discapacitados y ex presidiarios y todos los veían como una cosa rara. Quizás por lo mismo, no tiene respuesta rápida ante la pregunta de cuán solidarios somos los chilenos. “Creo que la mayoría nos tomamos la píldora de la conciencia para la Teletón una vez al año y después te olvidaste que tienes que ser solidario todos los días. El emprendimiento y la solidaridad son cosas que hay que despertar, porque están, pero están dormidas”.
Durante años ha sido la cara y voz de las pequeñas y medianas empresas, gastando buena parte de su tiempo en impulsarlas. Al buscar información sobre este empresario, saltan a la vista muchas crónicas de opinión que llaman a cambios definitivos que ayuden a las Pymes. En sus conferencias es el primero en indicar la importancia del desarrollo de este recurso para Chile, pues lo considera factor preponderante para llevar a cabo un proyecto exitoso.
Pudimos hablar con él antes de reunirse con los alumnos de FEN para dictar las charlas "Caer y levantarse es… Juego de la Vida" y "El ajedrez de la Economía". Llegó corriendo, pero muy puntual para la entrevista, y cabe decir que fue justo el día de su cumpleaños, el 18 de junio. Por lo mismo, su celular no paraba de sonar para recibir afectuosos saludos de felicitaciones, pero gentilmente apagó el teléfono, entregó una gran sonrisa y el tiempo no fue impedimento para que Roberto Fantuzzi nos entregara la visión de un hombre que lleva mucho tiempo en el tema de los negocios y que considera los años pasados en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, como decisivos para definir la persona que es hoy.
¿Cuáles son los recuerdos de su época como estudiante en nuestra Facultad?
Lo que más me marcó fue un profesor que se llamaba Atilio Besio. El hacía el ramo sistema de casos y te ponía nota por la participación en clases. Yo era tan pero tan tímido, que no hablé durante todo el año y me reprobó. Al otro año estuve obligado a hablar para pasar de curso, pero parece que me quedó gustando porque desde ese día nunca más paré de hablar. Y lo otro es el sello que me dio la universidad. En el colegio estaba en una burbuja y la Chile te da la diversidad, te da el sello de la solidaridad y otra visión, que yo considero fundamental para la vida.
¿Que valor le gustaría inculcarles a los alumnos de la Facultad?
Una de las cosas que he aprendido en la vida es que a medida que uno se cae, aprende. Por eso les quiero decir que no tengan miedo en tomar iniciativas de emprender. Generalmente las personas que pasan por la universidad lo único que quieren es tener el titulo para buscar pega. Y esto no es sólo para eso, es caerse, inventar alguna actividad, desarrollar ideas. La oportunidad es ahora, son jóvenes y tienen que aprovecharlo. No hay que temerle al fracaso.
¿Y cómo se supera el fracaso?
Yo creo que también se requiere de apoyo. Hay que tener un CORFO que inyecte más al Capital Semilla, más incubadoras, más capitales Ángel. Crear la estructura para que la persona tenga la oportunidad y el apoyo al inicio para partir, porque no vas a resolver los niveles de cesantía inyectando una mayor cantidad de profesionales, sino que los profesionales tienen que emprender en negocios nuevos.
Usted dice que no es político ¿por qué aceptó la precandidatura RN por la alcaldía de Santiago?
Yo nunca he sido político. He tenido dos oportunidades y las agradezco. Cuando fui candidato a senador cometí un grave error que no voy a volver a cometer. Esa vez yo tenía 28 cargos, renuncié a 27 y tuve que partir todo de nuevo. Hoy día tengo seis, no renunciaré a ninguno, voy a presentarme y tratar de repartir el tiempo. Ahora el caso de la alcaldía me gusta mucho más porque es servicio público, el alcalde no es un político, cada casa dentro de la comuna tiene su particularidad y a mi eso me encanta. Soy presidente en un hogar de menores con 50 niños hace más de 20 años porque siempre me ha gustado. Y también porque quiero ponerle un sello de alegría a esta cuestión, no puede ser una campaña triste.
No quiero hacer una campaña de descalificación con Ravinet. Al revés, pongamos nuestros programas a la vista y que la gente se informe y vote informada, que esa es la democracia, no las descalificaciones. No me interesa hacer una campaña de pasta de dientes, que me carga porque son puros carteles de uno sonriendo, o de desodorante, todos levantando la mano y saludando. La política por eso se desprestigia.
Además está escribiendo el libro “Me caí y qué”…
Yo me he caído miles de veces, y sirve mostrar cómo levantarse. En los países desarrollados a la gente se les reconocen las caídas; en cambio, aquí todo el mundo las esconde bajo la alfombra.
En el libro cuento del profesor Atilio Besio, también habló de mi dislexia… porque ¡no te conté que soy disléxico! y estuve en un colegio bilingüe. Uno de los temores para ser candidato es que no me se parar delante del público y hacer un discurso. Me apoyo en otro tipo de cosas, como presentaciones choras y bien creativas. Y además de disléxico tengo tartamudeos a veces, y si me topo con otro tartamudo es terrible como se me pega. Yo he sido el gallo mas fome en la vida. De partida no se bailar, se me han casado tres hijas y nunca he bailado el vals, ni siquiera con mi señora cuando me casé.
Por eso en el libro hablo de las dificultades que tuve y cómo superarlas. Parto con una frase que hallo genial de Antonio Machado que es “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Todos los días haces tu camino.
¿A quien admira?
A Ernesto Ayala, fue presidente de la Papelera, de la Sofofa, y murió hace poco tiempo. Fue un viejo muy choro que dijo una verdad del porte de un buque: como los empresarios no van a estar desprestigiados si nunca van a las universidades a exponer como es el mundo de las empresas y las dificultades, porque todos creen que ser empresario es re fácil y no lo es tanto. A veces uno se juega la vida en esto.
Usted ha recibido un sinnúmero de premios, uno de ellos fue ser elegido como el Ingeniero Comercial más Destacado otorgado por la Asociación de Ingenieros Comerciales de la Universidad de Chile ¿qué significó para usted?
Fue importante no para mí, sino la señal que se dio en esa oportunidad, porque generalmente la ganan los economistas, los financistas o los de marketing. Yo trabajaba en las cárceles, con los discapacitados, en hogares de menores, es decir, en el área social, que podría relacionarse con el capital humano. Y se dio en un momento en que ni siquiera se conocía el concepto de Responsabilidad Social en las empresas en Chile. Por eso yo creo que ésta Facultad marcó un hito ahí, dio una señal de que el área es fundamental en el crecimiento del país.
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