ENTREVISTA DEL MES:
GABRIELA VALENZUELA


Cuando ingresó a la universidad nunca le llamó la atención participar en actividades sociales. Primero, sentía que era una moda. Luego pensó que si en su casa también tenía carencias por qué ayudar a otros; y después vio cómo los estudiantes construían mediaguas y luego egresaban y salían al mercado olvidándose de todo. Pero decidió embarcarse en temas sociales para ver de qué trataba el tema. Y así Gabriela Valenzuela, siendo alumna de Ingeniería Comercial, titulada en mayo del año pasado, llegó a ser primero Directora Ejecutiva del Programa Créeme, y luego Directora de NexoRSU de FEN.

Gabriela fue una de las gestoras de Créeme. Todo comenzó cuando cursaba tercer año y le dijeron que debía ser parte de un equipo para sacar adelante un nuevo proyecto social, donde los alumnos ponían en práctica sus conocimientos. “Empezamos en diciembre de 2005, por lo cual muchos se fueron de vacaciones, quedando finalmente un grupo de tres alumnos y el profesor Mario Morales para crear un programa para un nuevo curso que se dictaría en marzo del siguiente año. Trabajamos todo ese verano”, recuerda Gabriela. Agrega que “las tres personas que continuamos estábamos en tercer año, por lo que fue un trabajo duro el interiorizarnos en metodologías de enseñanza y programas de estudio. Así creamos Clínica de Microempresas, que se dictó por primera vez en otoño de 2006”.

Ese mismo año su grupo supo que en la Facultad de Derecho de la misma universidad existía una iniciativa similar. Conversaron con la profesora Alicia Bobadilla y crearon una metodología de asesoría en conjunto entre las dos facultades para empresas de menor tamaño (EMT).

Paralelamente, durante los tres años siguientes, aparte de coordinar el Programa Créeme siguió participando en distintos cargos del Centro de Estudiantes de Ingeniería Comercial (CEIC) y organizó más actividades sociales como los primeros Trabajos Voluntarios de la Facultad, de los cuales ya se han realizado cuatro versiones.

Proveniente de Melipilla y con una familia de cinco hermanas, cuenta que siempre quiso estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, con especialización en Recursos Humanos. Ingresó a FEN con diversas becas: la beca Presidente de la República, Juan Gómez millas (ahora Bicentenario) y además tenía becas entregadas por la Facultad, que cubrían, por ejemplo, la alimentación. “Como debía tener buenas notas para no perder la beca, el primer año estudié mucho y saqué promedio 6.0, además fui ayudante de algunos ramos”, señala Gabriela, agregando que durante bastante tiempo vivió en una residencial de monjas, de la cual recuerda un sinfín de anécdotas.

Dice que a la Facultad de Economía y Negocios le debe mucho. No sólo las oportunidades de crear y llevar a cabo proyectos personales, sino también la inigualable experiencia de haber realizado su práctica profesional en ProChile en México.

¿Cómo fue el proceso de “institucionalización” de la Responsabilidad Social Universitaria en FEN?
Creo que pasó porque la Facultad se dio cuenta que las personas que participaban en estos proyectos salían con habilidades distintas al resto. Eso me llevó a ir más allá y a presentar el tema como algo curricular y por ende institucional. De ahí deriva la responsabilidad universitaria, pues implica que la universidad forme alumnos socialmente responsables desde su profesión.

Pero es complicado, porque no existe un marco metodológico acabado para implementarlo en una universidad, está a nivel de empresas todavía. Hemos tenido que leer e investigar mucho sobre lo que pasa en el mundo para ver qué haremos en FEN. Otro tema importante es que si no tienes el apoyo de los profesores no puedes lanzarte con ésto, porque son ellos la base de la formación de los alumnos. Algunas metodologías que van en este camino con la de “aprendizaje y servicio” –como el electivo Clínica de Microempresas-, donde la materia se enseña al mismo tiempo que entregas un servicio a la comunidad, lo que impacta fuertemente en los alumnos y sus paradigmas sociales.

¿Cuáles son los objetivos de NexoRSU?
Este año haremos un diagnóstico y sensibilización a nivel interno, que parte por los profesores, pues deben conocer el tema y ver cómo queremos incorporarlo al menos en los primeros cursos de administración. Además es necesario abrir un nuevo espectro en el área de tesis y de práctica. En la parte práctica, con NexoLaboral haremos todo un día de Feria Empresarial sólo con organizaciones sociales, por lo tanto se harán tres días en vez de dos. Respecto a la parte de tesis, estamos firmando convenios con varias ONG de manera que ellos nos propongan temas y nosotros otorgamos los alumnos y profesores. Ya el 2011 empezaremos con acciones más específicas.

Con el terremoto ha sucedido que muchos hablan de lo positivo de cambiar las metodologías de enseñanza y crear nuevos cursos para interactuar con la realidad, pero a la hora de hacerlo, como el actual caso de apadrinar la zona de Coltauco, los profesores no tenían tiempo y los alumnos preferían estar de vacaciones. Eso demuestra que es poca la gente que se compromete debido a que la Facultad aún no ha dado la señal de que la parte formativa no pasa sólo por las clases, también va por la parte extracurricular. Los alumnos tienen que atreverse, si entraste acá, de alguna forma ya tienes las herramientas para hacer más cosas, pues estás saliendo de una universidad que tiene un compromiso con el país.

¿Qué implica una organización responsable?
Implica que los objetivos ya no están por área, sino por actores, y por ende se asignan objetivos a alumnos, funcionarios y profesores.

Esto significa una visión estratégica de la Facultad pues apunta a cuatro áreas: gestión de la universidad, investigación, docencia y extensión. La responsabilidad social universitaria va hacia esas cuatro áreas, de manera que el alumno que egrese de nuestra Facultad salga responsable socialmente, lo que va mucho más allá de participar en trabajos voluntarios, pues significa que cuando salgas al mercado a trabajar no velas por un objetivo individual, sino por el colectivo, responsabilidad que también le concierne a la universidad como formadora de profesionales.