ENTREVISTA DEL MES: MANUEL AGOSIN

Manuel Agosin tiene en el cuerpo casi 40 años de experiencia laboral en organismos internacionales: Naciones Unidas y Banco Interamericano de Desarrollo (BID). También ha sido consultor de otros organismos tales como CEPAL y el Banco Mundial. Esto quiere decir que buena parte del siglo XX la pasó visitando países pobres y poblaciones altamente desiguales, entrampado en responder la gran pregunta que se hace este tipo de instituciones cuando miran Latinoamérica: cómo hacer para transformarse en desarrollados y potenciar la economía nacional.

Los títulos de sus publicaciones recientes son un reflejo de esto: “Nicaragua: A la Búsqueda del Crecimiento Perdido” (2007); “Comercio y crecimiento: por qué Asia crece más rápido que Latinoamérica” (2007); “Experiencia exportadora chilena: lecciones para África” (2002).

Vivaz y de un intelecto muy inquieto, a lo largo de su vida se ha visto enfrentado a importantes desafíos que lo han mantenido en el área de la investigación. Uno de sus grandes intereses se refiere a las políticas de desarrollo productivo. Lo segundo tiene que ver con el tema de la globalización, respecto a la manera en que debería orientarse “para que sea beneficiosa en países como el nuestro, que no nos hunda en crisis recurrentes como sucede actualmente”.

Recordando el pasado, el profesor Agosin cuenta que realizó la educación secundaria en Estados Unidos y que siempre tuvo un gran interés por las ciencias sociales. Luego ingresó a la Universidad de Yale, pero al tiempo decidió volver a nuestro país y entró a Economía en la Universidad de Chile como alumno extranjero.

Estudió en la década de los 60, años de gran efervescencia social y política en los que participó activamente. Fue representante de la Escuela en la FECH y miembro del grupo Movimiento Universitario de Izquierda, “que estaba más a la izquierda que cualquiera de los partidos de izquierda de la época… Fue muy bonito. De ese tiempo conservo grandes amigos y entre mis compañeros de curso recuerdo con especial cariño a Vittorio Corbo, ex presidente del Banco Central; Verónica Urzúa (que luego se convirtió en la señora de Vittorio Corbo); Cornelio Marchant, que fue Ministro en Ecuador en dos ocasiones; y a Roberto Souper, que ha realizado una carrera muy exitosa en Codelco. Tengo los mejores recuerdos de mis profesores y de la formación que me dio la Facultad”.

Una vez titulado regresó a Estados Unidos para estudiar un Master y luego un PhD en Economía en la Universidad de Columbia. Estuvo fuera del país más de dos décadas trabajando para Naciones Unidas.

Hoy, a sus 66 años y con una exitosa trayectoria profesional, el nuevo Director del Departamento de Economía se declara un hombre satisfecho con la vida y un amante de su familia. Su gran orgullo son sus dos hijos: una joven de 28 años que está estudiando un MBA en la Universidad de Chicago; y un niño de 13, a quien considera su gran tesoro. “Encaminarlo en la vida para que llegue a ser un hombre de bien es el desafío personal más grande que tengo”, afirma Manuel Agosin, un intelectual con eterna alma de estudiante que tiene como uno de los grandes gozos de la vida el amor por el aprendizaje.

¿Cuáles son sus expectativas como Director del Departamento de Economía?
El departamento va por muy buen camino. Hemos avanzado muchísimo en la consolidación de un grupo académico fuerte con una enseñanza de economía moderna, abierta y plural, senda por la que quiero continuar. Sin embargo hay muchas cosas que mejorar. Tenemos que consolidar el Pregrado, uniformar más lo que estamos enseñando, ampliar la malla, crear cursos electivos que guíen hacia otras formas de pensar, como historia económica e historia del pensamiento económico, para que los alumnos se ubiquen donde están hoy día.
Los estudiantes ven la economía casi desde una óptica ingenieril, como si fuese un conjunto de herramientas para intervenir en la realidad, cuando en verdad no es eso. La economía es una mirada sobre la realidad, pero hay muchas formas de mirar esa realidad, y a mi me gustaría que conocieran otras. Y por supuesto, espero que mejoremos la enseñanza que estamos entregando en los ramos más básicos de la carrera.

¿Cuáles son las fortalezas de un economista de nuestra Facultad con respecto a otras universidades?
La Facultad tiene fortalezas que no se encuentran en ninguna otra parte. Primero, posee un cuerpo estudiantil bastante variado proveniente de todos los niveles socioeconómicos. Esa mezcla es muy interesante porque representa la realidad social del país y es un fuerte activo que tenemos que mantener y consolidar. A mi me encanta tener alumnos a quienes se que estoy ayudando a tener una mejor vida, es muy gratificante para uno como persona.
Lo otro tiene que ver con los profesores. En ningún otro lugar usted encuentra un grupo tan plural como acá. Es un grupo espléndido de muy buen nivel académico que tiene muchos y variados puntos de vista. Algo que retengo de mi educación aquí hace ya más de 40 años, es justamente esa variedad y ahora estamos en pleno florecimiento de la pluralidad de buena calidad. Insisto en lo de la calidad, aquí no puede llegar ningún profesor que no tenga pergaminos académicos importantes y que no los mantenga y acreciente en el tiempo.

Respecto a la actual crisis financiera ¿a qué nos veremos enfrentados en Chile?
Ya estamos ante una importante caída de la producción y un aumento en el desempleo. Además el gobierno tendrá más dificultades para balancear sus cuentas públicas. Tendremos que lidiar con un escenario mundial muy complejo y hay problemas propios de Chile –como las enfermedades del salmón- que complican aún más la situación.
Vamos a tener que pasar por ese período y sufrir las consecuencias, es imposible evitarlo porque estamos unidos por relaciones comerciales y financieras con todo el mundo. Pero estamos mejor preparados que nunca porque las políticas del gobierno han sido apropiadas.
Nadie puede saber cuando se solucionará el tema y todo va a depender de cómo las autoridades de los países desarrollados logren enfrentarlo. Yo no tengo certeza que lo estén haciendo bien y las noticias no son muy auspiciosas. Europa está bastante desunida con respecto a cómo enfrentar la crisis y Estados Unidos ya ha dado varios pasos en falso, sin embargo creo que tenemos mejores perspectivas con la administración Obam que las que existían antes de la eleccióna.
Lo preocupante es que las caídas en la producción industrial han sido muy fuertes y se parece mucho a lo que vivimos en los años 30: primero una crisis financiera, luego la caída de las bolsas y el desplome de la producción. Ahora estamos en la segunda etapa y eso trae consecuencias importantes, porque si bien la crisis empieza como crisis financiera, pronto se traslada al mundo real. La gente pierde su empleo y aumenta el endeudamiento. En la tercera vuelta, los bancos incrementan su morosidad y eso vuelve a impactar adversamente las condiciones crediticias. Entonces puede ser un circulo vicioso; hasta donde llega, nadie lo puede saber.

Como país no tenemos grandes bienes de exportación y no hay nada nuevo ¿cómo convertir a Chile en un país exitoso?
Ese es el grave problema de Chile, que no hemos logrado una diversificación mayor de nuestro aparato productivo. Pensando más allá de la crisis, siempre he estado a favor de políticas industriales mucho más activas. Ahora vemos que algunas están empezando a tomar cuerpo. Tenemos un Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad y la CORFO ha propiciado una serie de políticas para ampliar el espectro productivo del país.
Todo esto es aún muy incipiente. Creo que hay que poner más énfasis en políticas de desarrollo productivo, ahí es donde lamentablemente hemos fallado. Somos muy buenos en la macroeconomía, pero en el desarrollo productivo hemos sido muy flojitos, estamos recién empezando.