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ENTREVISTA DEL MES:
FREDDY CORONADO


Muy sincero, empático, divertido, sociable, lleno de energía y apasionado por todo lo que hace… Estas son sólo algunas palabras con las que se puede definir a Freddy Coronado, el nuevo Director de la Escuela de Sistemas de Información y Auditoría.

A sus 36 años, este Ingeniero en Información y Control de Gestión egresado de FEN y Ph.D. in Accounting de Michigan State University, es un hombre que asombra por su gran vitalidad y humildad. Destaca sobre todo el cariño que siente por esta facultad y sus alumnos, lo cual se vio reflejado al ser elegido por los propios estudiantes como el profesor mejor evaluado del 2008–el mismo año que regresó a Chile desde Estados Unidos- en el área de Control de Gestión y Sistemas de Información.

Lo cierto es que sus primeros pasos universitarios no los comenzó en FEN, sino en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Entre risas, cuenta que en Beauchef estuvo un año e hizo tan buenos amigos que todos decidieron cambiarse a la Facultad de Economía y Negocios. “No te podría decir si me gustaba o no. Más bien creo que me pilló en un momento de inmadurez. A lo mejor me habría ido bien si me hubiera puesto las pilas como me las puse acá, donde llegué con cargo de conciencia porque fue botar a la basura un año y mis viejos no tenían los recursos. El costo me dolió, fue como un aterrizaje forzoso”.

Ingresó a FEN en 1992 a estudiar Ingeniería en Información y Control de Gestión, carrera que había sido creada recientemente por la Universidad de Chile. Fue su prima quien le contó sobre esta nueva carrera y postuló de inmediato, pues se dio cuenta que era lo que estaba buscando.

¿Cuáles son tus recuerdos como alumno de la Facultad de Economía y Negocios?
Tengo los mejores recuerdos y es algo que me marcó mucho. Siempre he tenido suerte. Primero estudié en un colegio público que tenía un convenio con el San Ignacio y seleccionaba a los tres primeros alumnos. Yo era como el séptimo de la lista, pero por diferentes razones las cosas se dieron y quedé. La espiritualidad ignaciana caló hondo. El entrar para aprender y salir para servir, te muestran otra forma de ver la vida. Incluso creo que estoy aquí porque una parte importante de mi labor consiste en servir. Es bonito y se disfruta mucho más el trabajo cuando ves el resultado en los otros.
Luego tuve la suerte de elegir bien y llegar a FEN, donde no sólo tuve una vida universitaria completa -realicé ayudantías, pertenecí a la selección de voleibol y fui parte del Centro de Estudiantes-, sino que además conocí a quienes marcarían mi vida para siempre. Primero a Paula, mi señora, a quien conocí el día en que la Srta. María Paulina Zunino nos dio la bienvenida oficial a la universidad. También conocí a mis mejores amigos, de los cuales no me he vuelto a separar pese a la distancia durante mis estudios de doctorado.
Algo muy importante de destacar, es que la FEN nos marcó a todos. Hoy todos sentimos algo similar, y son las ganas de aportar a esta Facultad. Es por eso que la mayoría de este grupo de amigos participa activamente en la asociación de egresados, colabora permanentemente ofreciendo prácticas laborales y dictando charlas motivacionales para nuestros alumnos.
También me gustaría mencionar a Jorge Niño y Héctor “colega” Vidal, profesores que con su ejemplo de rigor, capacidad para comunicar y pasión por enseñar me motivaron a seguir la vida académica.
Finalmente, una de las cosas que recuerdo con cariño y que sigo disfrutando día a día, es el calor humano de esta Facultad. La relación entre profesores, funcionarios y alumnos es algo difícil de encontrar y a mi juicio hace inevitable que uno se encariñe y se ponga la camiseta de la FEN.

¿Cómo fue la experiencia del Doctorado en Estados Unidos?
La experiencia del doctorado fue difícil desde el comienzo. La postulación ya fue todo un desafío personal. Tenía súper buenas notas, las ganas de salir, las cartas de recomendación, pero mi inglés era menos que básico. Recuerdo que cuando salí del pregrado fui al Chileno-Norteamericano y quedé en el nivel 1 (con niveles desde 1 al 8). Me demoré tres años en ser aceptado en el programa de doctorado. Hoy en día, nuestros alumnos tienen cinco cursos de inglés adicionales en la malla, cursos donde la lectura en inglés es de todos los días e incluso la posibilidad de tomar ramos dictados en ese idioma. Definitivamente es un paso gigante que espero los alumnos sepan valorar (yo me hubiera ahorrado 3 años de estrés).
El doctorado en si fue una época espectacular. El estar constantemente expuesto a investigadores top y a la vanguardia en términos de conocimientos hizo que me terminara de enamorar de mi área de especialización, el Control de Gestión.
Me gustaría rescatar de esta experiencia el valor que tiene el vivir fuera de Chile. Yo me fui casado, allá nacieron mi dos hijos, vivimos con un sueldo de estudiante. Fue súper sacrificado, pero como familia crecimos un montón en todo sentido. Afirmé el inglés que siempre fue el talón de Aquiles, conocí otras culturas, otras formas de ver la vida, me saqué un montón de prejuicios de la cabeza. La experiencia no sólo me permitió ver el mundo con otros ojos, sino que me hizo cuestionar mis propias creencias, valores y supuestos de la realidad. Sin lugar a dudas, estudiar fuera del país es algo que recomiendo a todos los alumnos como una activad fundamental para ser un profesional con mirada global.

¿Cuáles son tus expectativas como Director de la Escuela de Sistemas de Información y Auditoría?
Una de las actividades que siempre me llamó la atención fue la dirección de la Escuela, pues creo que brinda una oportunidad espectacular para ayudar en la formación de nuestros profesionales. Tengo muchas ganas de trabajar y hartas ideas que me gustaría empezar a implementar.
Las acciones concretas me las reservo para más adelante, pero aprovecho de invitar a los alumnos de la Escuela de Sistemas de Información y Auditoría a participar en una iniciativa que ya está en marcha. Previo a asumir el cargo yo participaba en la Asociación de Egresados (Circulo ICAU) en la cual diseñamos el Plan Mentores, que consiste en juntar a alumnos con egresados de la escuela. La Asociación de Egresados, en un esfuerzo en conjunto con el Centro de Estudiantes (CEIIA), dio comienzo a este plan con una charla motivacional de tres egresados (mentores voluntarios) que presentaron sus experiencias de éxito en las áreas de Auditoria, Control de Gestión y Sistemas de Información. Hemos captado profesionales con mucha experiencia para que aconsejen a nuestros alumnos en la inserción al mundo laboral y en comenzar a definir una estrategia de desarrollo profesional en las áreas que a ellos les interesan. En la página del centro de alumnos (www.ceiia.cl) pueden encontrar más información al respecto e instrucciones para participar.

Como Director de Escuela ¿qué futuro le ves a Ingeniería en Información y Control de Gestión y a Auditoria?
Espectacular. Cuando entré a estudiar, la información que teníamos era que los Auditores de la Chile eran los mejores, prestigio que hasta hoy se mantiene. Pero no había experiencia en el área de Control de Gestión y Sistemas de Información. No había ex alumnos que nos explicaran. En la actualidad hay muchos egresados y muchas historias de éxito de la cuales aprender.
En general, nuestros egresados sienten que es una gran carrera y que la formación que se entrega en la Universidad de Chile es valorada por las empresas. Esto se traduce en que, en relativamente poco tiempo, los puntajes de ingreso han aumentado sustancialmente y los salarios de los egresados son súper competitivos. Es una carrera top, pero como no tiene competencia no la puedes poner en un ranking como a las demás. Hay esfuerzos de parte de otras universidades por sacar algo parecido, pero no lo han logrado capitalizar.

¿Cuál ha sido tu mayor desafío, tanto en lo profesional como en lo personal?
Cada etapa de la vida plantea un desafío importante. En su momento, mi desafío personal fue sacar mi carrera de pregrado con las mejores calificaciones posibles sin que eso significara dejar de lado a mis amigos, el deporte y las otras cosas que también me interesaban. Más adelante sin duda el desafío fue superar la barrera idiomática y ser aceptado en un programa doctoral. Una vez aceptado el desafío fue sacar el doctorado con familia, sin los papás para que ayuden y con ingresos de estudiante, lo cual imponía dificultades más allá de las académicas.
Hoy en día el desafío que me mueve es la Dirección de Escuela de Sistemas de Información y Auditoría, tanto por el impacto que tiene en otros como por la responsabilidad que el cargo directivo implica. En este desafío cuando uno se equivoca, lo hace en la vida de jóvenes que ponen parte de su futuro en nuestras manos.
Me siento contentísimo, súper realizado. No es algo que busqué y siento que llegué en el momento preciso donde se me presentaron oportunidades que no imaginaba. Estoy pasando un momento muy bonito y me siento muy honrado con el cargo y la oportunidad que representa.